jueves, 9 de julio de 2009

YO IRIA DIVERSIFICANDO

La Fiesta está a punto de perder Cataluña. Mejor dicho, está a punto de perder Barcelona, pues Cataluña lleva ya tiempo perdida. Sólo queda la plaza de la Ciudad Condal y pronto decretarán la prohibición de las corridas de toros. Es preocupante. Sobre todo por que los profesionales de la fiesta no han hecho apenas nada. PSOE y CiU van a dar libertad de voto a sus diputados para que sean ellos individualmente quienes carguen con la responsabilidad de cerrar Barcelona y que la imagen del partido de cara al mundo taurino salga lo menos perjudicada posible. Vamos, que tiran la piedra y esconden la mano. ¿No tiene nada que decir el presidente del Gobierno a los de su partido?
Si se cierra una empresa, con muchos menos trabajadores que el negocio taurino, ya estarían los sindicatos cortando carreteras y quemando barricadas. Los taurinos parecen mirar a otro lado, como si la cosa no fuera con ellos. ¿Va realmente con ellos? ¿Pasan de Cataluña por que simplemente ya es una sola plaza?
En ese caso, cuando el problema llegue a Asturias, también pasarán de nosotros, por que ya estamos reducidos a una sola plaza, la de Gijón. Sobre Oviedo se guarda un tenebroso silencio, mientras la piqueta calienta motores.
Ahora, en Galicia, los del BNG, escupen desde la oposición una propuesta de abolición. Tiene gracia, dicen que los toros son un intento de “españolizar Galicia”. Lo van a tener complicado por que no tienen mayoría, pero cuidado que no es más que ir calentando el tema por si algún día vuelven al poder.
¿Tan organizados están los antitaurinos? Yo creo que sí, pues hasta tienen un partido político, mientras que los taurinos no se atreven a unirse y luchar por lo suyo. Joder, que es “el pan suyo de cada día” lo que está en juego. Si mis ingresos dependieran de los toros estaría preocupado, en cambio a los taurinos se les ve tranquilos.
¿Quieren que la afición enarbole la lucha? No sería justo. Esto para mí es una afición. El puchero lo tengo en otro sector (y creo que tardará más en cerrar que muchas plazas de toros), así que como aficionados podemos colaborar pero no pueden dejarnos solos en las trincheras. Son ellos quienes tienen que ir en primera línea.
No olvidemos mirar para nuestra propia casa. Asturias será un próximo objetivo. Aquí no hay partidos nacionalistas con representación parlamentaria, así que lo tendrán complicado, pero seguro que de la mano de IU “me apunto a lo que sea con tal de figurar” pronto tendremos alguna sacudida antitaurina. Alguna prensa dará más importancia a los 50 ó 60 que se manifestarán ante El Bibio una tarde de corrida, que a los 55.000 espectadores que pasarán por sus tendidos durante la semana de feria. Y, lo que más me extraña, es que por Oviedo nadie echa ni un responso. Todos callan como ahogados, ni quienes pretendían erigirse en empresarios, ni peñas ni nadie. Se morirá definitivamente y aquí paz y después gloria.
Viendo la escasa defensa de los toros por parte de profesionales y de un Gobierno que tiene velar por los intereses de todos los ciudadanos y no sólo de una parte, si mis garbanzos salieran de la Fiesta yo iría diversificando mis actividades