sábado, 2 de octubre de 2010

LO MEJOR DE SAN MATEO....COMILLAS



Desde que no hay toros, lo que más me gusta de las fiestas mateínas es que hay reducción de jornada en la oficina y sólo curramos de 9 a 14 horas. Este año, uno de los días y aprovechando el sol, el jefe nos permitió a una de mis compañeras y a mí hacer la jornada de 8 a 13 horas, para asi salir una hora antes ya que íbamos a dar una vuelta por Comillas.
145 km, con todo autovía menos el famoso tramo Llanes-Unquera que nunca se acaba por culpa de un inepto político. Ahora, por fin, están en obras y puede que en 2015 tengamos el tramo acabado.

El objeto de la excursión era ver por dentro la Universidad Pontificia, recién rehabilitada. A mí no me gustó la rehabilitación. El precioso edificio de Joan Martorell y Luis Doménech i Muntaner, parece ahora que tiene la fachada de cartón piedra. Ya, la puerta de la Cardosa, cuesta por la que sube al alto de la Cotera ha perdido su color naranja ladrillo para ser granate. Y entre otras aberraciones han levantado una tapia que quita vistas al mar, le han hecho un voladizo a la entrada de la antigua Iglesia Pública. Y he puesto antigua por que ya no hay Iglesia Pública (se le llamaba así por que la gente podía ir a misa allí, en la época en que era Seminario) y aún en obras, va a ser un salón de actos.
El edificio Hispano va a ser demolido, cuando lo normal sería rehabilitarlo y esto modificará sustancialmente la vista de la Universidad desde la Punta de la Moira.
De todas formas, por tres euros que vale la visita guiada, merece la pena y la explicación es estupenda.
En cambio, el Capricho de Gaudí, ahora vallado para que apenas se vea desde fuera, no tiene visita guiada. Se puede ver la finca y el interior de la casa por 5 euros. La casa se nota que estuvo convertida en restaurante y tiene una carísima tienda de souvenirs. Para quien ya haya visto el Capricho no merece la pena volver.
Esta vez, por falta de tiempo, no pude repetir la visita guiada al Palacio de Sobrellano y su Capilla-Panteón. Esta visita sí que merece la pena.
Como todos los años, San Mateo nos trajo una visita a Comillas. Que se siga repitiendo

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