El 14 de agosto Morante de La Puebla en Gijón se encontró con dos toros de Montalvo. Uno, falto de fuerzas...y el otro, totalmente inválido. Aún nos preguntamos por que el inválido permaneció en el ruedo.
De Morante se leen y escuchan muchas opiniones, y un extraño empeño de meterle en el época del Gallo, de Belmonte. No sé, pero tras ver muchos vídeos de épocas pasadas, para mí, Morante con quien entronca es con Pepe Luis. Es la naturalidad suprema. Si algo me gusto de Morante en Gijón, fue que no forzó absolutamente nada. Todo lo hizo con tranquilidad, relajo, despaciosidad, suavidad. En los naturales, a cámara lenta, le bastaba un leve toque, y correr despacio la mano acompañada de un prodigioso juego de cintura.
Otras veces en Gijón ha cortado orejas, pero nunca me gustó tanto como esta vez. Imposible torear con más naturalidad.
Javier Prieto
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