sábado, 7 de marzo de 2009

DE LAS CORRIDAS MANO A MANO







Tengo que reconocer que me gustan las corridas mano a mano, ya que sirven para que dos toreros diriman su competencia y creo que deberían lanzarse retos a menudo para solucionar algunas cosas, en vez de largar en los medios.
Así sin pensar mucho, se vienen a la cabeza corridas mano a mano como aquella de Joselito y Ponce en Cáceres con los victorinos (y televisada por TVE cuando aún daban toros); Ortega Cano y Rincón en Madrid, en la Beneficencia (también con presencia de TVE); Ruiz Miguel y Tomás Campuzano con miuras en Las Ventas; o más recientemente la tarde apasionante que vivimos en Gijón con El Juli y Miguel Angel Perera, luchando por demostrar quien debe ocupar el número 1.
Lo que me parece absurdo son las corridas de dos espadas. ¿Es lo mismo un mano a mano que una corrida con dos toreros? ¿Qué competencia había en aquellas tardes en que Litri y Jesulin despachaban tres toros cada uno? ¿Qué hace Morante de La Puebla, alternando con diestros que “arrean” tanto como El Pana, Ortega Cano o Pepe Luis Vázquez? Para mí, estas corridas son simplemente el tener una probabilidad mayor de triunfo, al estoquear tres toros cada uno. ¿Creen que si con dos les cuesta encontrar uno que embista a su gusto, con tres lo van a tener más fácil?
Un mano a mano debe crear expectación. ¿Cuántos meses llevamos esperando ya por el acontecimiento de Sevilla, con Morante y El Cid frente a los toros de Victorino Martín? Esa lucha por decidir quien es el amo de La Maestranza sí que motiva.
Lo dicho, si no hay competencia, no me gustan los llamados mano a mano. Y en el momento actual ¿qué tal carteles como Rivera Ordóñez y Morante? ¿Daniel Luque y Rubén Pinar para saber que joven viene más fuerte? ¿José Tomás y Sebastián Castella? ¡Qué lástima que las leyes no permitan uno entre Ponce y Perera en La México!
Javier P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario